Se trata de un edificio que se configura en base a una estereoestructura que, paraboloides hiperbólicos mediante, conforma un espacio interior fluido y multidireccional. A un nivel superficial se encuentra una fuerte analogía con la obra de Félix Candela, aunque con una materialidad diferente, pero una visión más profunda nos sugiere, que las referencias formales se revierten a épocas anteriores a la formalización de la iglesia romana, hasta los días en que el pueblo judío se congregaba debajo de una gran carpa, conformación que reproduce la iglesia del Sagrado Corazón. La componen cuatro grandes vigas metálicas que partiendo de puntos equidistantes al centro del altar, se unen en lo alto, formando unas diagonales que definen la estructura básica; de estos mismos puntos, se proyectan otras vigas, también en diagonal, que unidas de a dos van configurando el perímetro del volumen. A partir de estos elementos estructurales primarios, se deslizan una serie de planos alabeados, compuestos por una estructura reticular de base triangular, que es la que cubre la iglesia a la manera de un manto rígido; la superficie exterior está compuesta de una fibra de asbesto cemento que garantiza su estabilidad estructural y una superficie homogénea aunque con un nivel de aislamiento térmico y acústico inadecuado.
El interior fluye con una espacialidad difícilmente aprehensible en principio, pero que tras un recorrido por él muestra una clara definición de un ámbito sacro, central y de mayor altura, separado del resto de la iglesia. La estructura primaria diferencian también dentro el gran recinto interior naves laterales y transversales. La iluminación es principalmente lateral y se hace a través de dos inmensos ventanales compuestos por planos quebrados y triangulares que varían en su dimensión siguiendo las pendientes de la cubierta. Otras dos ventanas verticales, también triangulares, flanquean el coro e iluminan la zona de ingreso.
La presencia de las estructuras diagonales que parten del suelo, crean un recinto piramidal en cuya base cuadrada se dispone el presbiterio; éste se compone de una plataforma circular que inscribe otra plataforma menor de base cuadrada sobre la que descansa el altar. Esta combinación de cuadrados y círculos inscritos unos dentro de otros, configura también un recinto semicircular formado por una suerte de gabinetes de madera alineados siguiendo una curva detrás del altar donde se ha ubicado la sacristía; la situación centralizada de estos espacios deja una superficie similar a la de una de las "naves transversal" ubicado a continuación de la sacristía, que es empleado para algunas ceremonias como la de Monumento de Jueves Santo.
El volumen contrasta con el contexto, sus superficies curvas concluyen por doquier en unos planos quebrados de forma triangular cuyos agudos vértices recortan el cielo. Está ubicado de frente a una plaza, lo rodea un pequeño jardín que actúa como elemento amortiguador entre los planos quebrados de sus muros y el borde rectilíneo del perímetro; en su cara poniente casi toca uno de los edificios del colegio, cuyos cuatro pisos conforman un paralelepípedo con una altura que casi alcanza la del punto más alto de la iglesia, pero que en definitiva no guarda relación alguna con ella. Tiene sólo dos ingresos, el principal que da hacia el lado norte y otro posterior que se abre hacia un patio de la casa sacerdotal; un tercer ingreso, dispuesto lateralmente, fue clausurado pues conectaba con la casa sacerdotal que al trasladarse fue reemplazada por un refectorio para el colegio. La disposición de los ingresos señala una inclinación primordialmente externa, puesto que el acceso de los alumnos al templo se hace saliendo al exterior del colegio.
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